“La eternidad entra en el tiempo
El tiempo se hace historia
En la historia Dios se hace humanidad”
“El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande; habitaban tierras de sombras, y una luz les brilló” Is 9,1
Estamos viviendo tiempos de oscuridad que por necesidades de salud restringen nuestros hábitos más comunes de sociabilidad a una elemental subsistencia. Caminamos a la luz del día parapetados en nuestras mascarillas y la noche se torna un peligro traicionero para la vida de los nuestros y de uno mismo.
Pero aún en la más absoluta oscuridad, vuelve a brillar la LUZ DE DIOS como Nueva Aurora, cuando nuestro corazón está resentido y dolido por la vida y al borde de la desesperanza, como el de aquellos pastores que pasan la noche de sus días “al raso” y desamparados, como el abandono de María y José “sin techo” para el hijo entre quienes sólo miran para sí mismos. DIOS SE HACE HUMANIDAD para iluminar las veredas que conducen a la PAZ la JUSTICIA y la DIGNIDAD de todos. Él es la “estrella de Belén” que hace saltar de gozo los corazones de las personas de buena voluntad y nos invita a recorrer los caminos tenebrosos de la vida irradiando luz a los pasos de nuestros hermanos.
En medio de la oscuridad de esta noche de la humanidad “¡Levantaos, alzad la cabeza, se acerca nuestra liberación! Lc 21,28